Suba: territorio de resistencia indígena en Bogotá
- Laura Marcela Cubides
- 24 may 2021
- 4 Min. de lectura
Suba, es una de las veinte localidades de Bogotá D.C, ubicada en el noroccidente de la ciudad. Se estima que hacia el año 800 de la era actual, los Muiscas ya habitaban esa zona, como producto de una migración de origen Chibcha. A través de la tradición oral y la memoria de los abuelos, se ha descubierto que el verdadero nombre de Suba fue Tuna, que significa en Muysccubun (lengua Muisca), “Flor de oro sobre la montaña”. Se dice que el asentamiento del pueblo Muisca estaba en la falda de sus cerros dándole la cara al río Bogotá.

Sin embargo, Suba fue fundada hasta 1550 por los encomenderos Antonio Díaz Cardozo y Hernán Vanegas Castillo. Tras este hecho, según el Diagnóstico Local Sectorial y Documento de Priorización (2008), los Muiscas conservaron un resguardo indígena. Hasta 1954, lo que actualmente se conoce como Suba, fue anexado a Bogotá (en aquel entonces Distrito Especial), por medio del Decreto N° 3640 de ese año.
Esta nueva condición aceleró la transformación del territorio, llevando a que, en las décadas de 1970 y 1980, se modificara de manera abrupta el paisaje y el estilo de vida de las familias Muisca. El fenómeno de urbanización que se generó a partir de su reconocimiento como localidad de Bogotá, tuvo implicaciones directas en la valorización de esas tierras, lo que las convirtió en blanco para las inmobiliarias y constructores legales e ilegales. Según los relatos de algunos de los sabedores Muisca, debido al pago de impuestos y aumentos en los costos de vida, muchas familias se vieron en la obligación de vender su casa y perder fragmentos de sus tierras. Se ha tenido conocimiento de que algunas personas vendieron a muy bajos precios e incluso regalaron sus propiedades, firmando escrituras que otorgaban a otros los derechos sobre estas.
Según Iván Niviayo (2017), Gobernador de Cabildo Muisca de Suba, en su texto “El rostro, la tierra y la ciudad: reflexiones sobre la etnicidad de los Muyscas de Suba”, en el proceso de legalización de estas posesiones fueron muchos los que se quedaron sin tierra, ya que, en ciertos casos, los abogados encargados de efectuarlas, pedían a cambio porciones de estas, lo que poco a poco los fue despropiando. Como consecuencia de eso, la población se empezó a insertar en la economía local como trabajadores o arrendatarios de las haciendas (Londoño, 2005). Fue así como su presencia histórica y su identidad cultural, se fue silenciando en el territorio.
Con la llegada de nuevas familias, la construcción de viviendas y la apertura de vías, el pueblo Muisca se fue desarticulando y a su vez, integrando a las nuevas dinámicas que traía consigo la ciudad. Sin embargo, en los años 90, surgieron movimientos indigenistas conformados por descendientes de antiguos Muiscas, que participaron en la configuración de los apartados referentes a los derechos de los pueblos indígenas de la Constitución Política de la República de Colombia de 1991. Gracias a eso, lograron obtener un reconocimiento legal como pueblo indígena, por el Ministerio del Interior. En 1992 el Cabildo Muisca de Suba fue posesionado ante el Alcaldía Mayor de Bogotá, según lo estipulado por la Ley 89 de 1890, después de más de un siglo de inexistencia legal, convirtiéndose así en el primer cabildo indígena urbano oficial (Chaves & Zambrano, 2006).
Para muchos, ese proceso representó un verdadero reencuentro con su pasado y un compromiso con el fortalecimiento de la cultura, los saberes y las formas de vida de sus antepasados. La reaparición de lo indígena en el interior de la ciudad, supuso también una serie de cuestionamientos sobre la “autenticidad” de la identidad étnica Muysca (Chaves & Zambrano, 2006). Desde entonces, se ha replanteado lo que es ser Muisca a partir de su espacialidad en medio de lo urbano. Retomando a Iván Niviayo (2017), la construcción de lo Muisca no se dio como resultado de una búsqueda de identidad, (como ocurre en otros casos) sino del entretejido de experiencias familiares y territoriales.
Tomando como referencia el trabajo de Wilmer Talero, ex vicegobernador del Cabildo Muisca de Suba (2018), titulado “Acercamiento conceptual a la categoría de territorio. El caso de la comunidad Muisca de Suba”, esta comunidad indígena está compuesta por 2.500 familias censadas. Las autoridades tradicionales son elegidas para gobernar cada año. Una de sus funciones es proteger el territorio sagrado y fomentar los encuentros entre autoridades y sabedores, en lugares denominados microcosmos, en los cuales se hacen círculos de palabra, rituales y pagamentos (Talero, 2016).
Lograr estos espacios en medio de la ciudad, es expresión de la resistencia de un pueblo ante la marginalización cultural y política que ejercen distintos grupos de poder, movidos por una lógica colonial y neoliberal, sobre otras cosmovisiones y alternativas de vida. En su caso, las dinámicas de urbanización y la apertura económica, propias de un modelo social homogeneizante, tuvieron un papel clave en el debilitamiento de su identidad colectiva y en la pérdida de usos y costumbres ancestrales. Por lo tanto, el Estado tiene una deuda histórica con los Muiscas.
Hoy, se les reconoce como un pueblo que renace tras una historia de opresión y crueldad. Su nueva identidad como pueblo Muisca, emerge de su legado prehispánico y de un proyecto colonial que suprimió su organización social, tradición oral, ley de origen, formas de vida y prácticas. Es por eso que, reconstruir su lengua y cohabitar su territorio, es aquí y ahora su manera de resistir.
Fuentes:
Chaves, M., & Zambrano, M. (2006). From blanqueamiento to reindigenización: Paradoxes of mestizaje and multiculturalism in contemporary Colombia. Revista Europea de Estudios Latinoamericanos Y Del Caribe, 80, 5–23.
Diagnóstico Local Sectorial y Documento de Priorización. (2008). Secretaría Distrital de Seguridad, Convivencia y Justicia. Alcaldía local de Suba.
Londoño, A. M. G. (Ed.). (2005). Muiscas : representaciones, cartografías y etnopolíticas de la memoria.
Niviayo, Iván. (2016). El rostro, la tierra y la ciudad: reflexiones sobre la etnicidad de los Muyscas de Suba. En: Territorios y memorias culturales muiscas. Universidad Santo Tomas. Bogotá.
Talero, Wilmer. (2016). Acercamiento conceptual a la categoría de territorio. El caso de la comunidad muisca de Suba.
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